https://elpais.com/internacional/2018/10/08/actualidad/1538997526_418466.html
La cuestión irlandesa es la cuadratura del círculo: cómo evitar el retorno a una “frontera dura” entre la República del sur y el Ulster —parte de Reino Unido—, cuando este se separe. Desde la entrada de ambas islas en 1973, aumentó su relación. Y el Acuerdo de Viernes Santo impuso en 1998 la paz en la guerra civil entre católicos y protestantes del Norte. El patrocinio europeo fue clave, con sus costosos programas de reconciliación.
Así que en este asunto capital se juega casi todo. Pues es simbólico para el soberanismo británico. Y trascendental para que el Mercado Interior europeo siga siéndolo integralmente, sin agujeros negros ni zonas grises incentivadoras del contrabando.